En cierta oportunidad, un intelectual porteño se había impuesto la curiosa tarea de refutar la Atanatosofía. Por lo que dedicó meses de estudio a la concepción de un libro en el que ponía de manifiesto la contradicciones, falacias, falencias argumentativas, peticiones de principio, etc. en la obra de Muguino. Manuel le respondió a este hombre con una esquelita muy breve, escrita en el dorso de una de las servilletas de un café del Once, manchada de café con leche:
"Estimado colega: refute usted lo que pienso, no lo que digo... Y aun si lo logra, le quedará todavía la imposible tarea de refutar lo que siento..."
4 comentarios:
Un post como el suyo explica por qué la Discursethik de Habermas y Apel es imposible. Cómo basar la ética en la posibilidad de argumentar para convencer al otro cuando en el fono no podemos convencer a nadie?
Saludos
La situación planteada por Muguilo es lo que en Derecho se llama "Probatio Diabólica ".
Y el Café donde escribió estas líneas don Manuel fue el mismo en el cual Tanguito y Litto escribieron " La Balsa ". Construído exactamente en el lugar donde Santiago de Liniers intimó a Beresford a rendirse durante la Primera Invasion Inglesa.
El que no lo crea así , que me pruebe lo contrario.
Muguino no leyó las "Investigaciones Filosóficas" de Wittgenstein. ¿Qué es eso de sentir, pensar y decir como instancias separadas?. Transitando por el camino de la poesía, poco aporte hará Muguino a nuestra deseada inmortalidad.
Muguino no leyó las "Investigaciones Filosóficas" de Wittgenstein. ¿Qué es eso de sentir, pensar y decir como instancias separadas?. Transitando por el camino de la poesía, poco aporte hará Muguino a nuestra deseada inmortalidad.
Y Calderón, ¿podría ahondar en el concepto de "Probatio Diabólica"?
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