viernes, 27 de junio de 2008

SHADOWLANDS



Quizás sea la historia en la que mejor vi reflejado el Sentimiento trágico de la vida del que nos habla Unamuno. Narra lo que, con pequeñas variaciones, le pasa a todos los hombres, pero le pasó a uno en particular: C S Lewis, ese catedrático inglés un tanto trsite y un tanto gris que escribiera las Cónicas de Narnias, y que viera morir a Dios en la muerte de su amada...
¡ACCIÓN!

jueves, 26 de junio de 2008

1100100*


Durante el velorio de su madre, muerta a los 99 años, una mujer se acercó a darle el pésame a Borges y le dijo:

"Pobre Leonorcita, morirse a tan poquito de cumplir los 100"

A lo que Borges, inconmovible, respondió:

"Veo, Señora, que usted es devota del sistema decimal"

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*100 post... Para mi computadora que piensa en números binarios, el 100 se expresa con esa cifra un tanto vulgar.

EL ARTE DE GOZAR DEL ARTE (NUEVA NOTA INTEMPESTIVA)

Cuando era adolescente (hace unos 200 años) era común escuchar decir que el único parámetro crítico aceptable era el lamentable “me gusta o no me gusta y punto”. Esta falta de espíritu crítico, esta medianía o torpeza estética al momento de asumirse como espectador, siempre me produjo un gran rechazo por lo que, desde hace tiempo, vengo pergeñando un intento de refutación. Un poco caótico, un poco asistemático, pero helo aquí:

Axioma fundamental:

El placer estético no es gratuito, requiere de un entrenamiento, de un aprendizaje…

Podrá decírseme que, entonces, tanto trabajo no vale la pena. A lo que yo respondería que es cuestión de carácter; en lo que a mí (y a muchos otros) respecta, es precisamente esa dificultad lo que lo hace valioso y, posiblemente, lo que sirva como única finalidad moral de su existencia. Si para gozar de Macbeth debemos ser mejores hombres, bienvenido sea Shakespeare y bienvenido nuestro deseo de acceder a ese goce.

Podrá decírseme que el goce que no requiere de un aprendizaje previo es más valioso o natural. A petición del señor Groucho, responderé primero a lo segundo*: la Naturaleza no existe. En cuanto a la valoración del goce, omito toda respuesta. Lo que sí me interesa decir, completando mi axioma, es lo siguiente:

El placer estético no es gratuito, requiere de un entrenamiento, de un aprendizaje: toda forma de goce lo requiere.

Podrá decírseme que el erotismo no requiere de aprendizaje alguno. Les diré yo que no saben nada y que preferiría mirar dibujitos animados antes de compartir una caricia con ustedes, si es que realmente piensan eso. Todo placer requiere de un aprendizaje: el que no entiende los chistes, ríe porque los demás ríen. Un chico no entiende los chistes verdes, que tan fáciles parecen. Para encontrar placer en un best seller hay que saber, por lo menos, leer.

(Y en cuanto a valoración del placer se refiere, también es cuestión de carácter: hay quienes encuentran más placer en resolver la adivinanza que un mayor reto les impuso.)

En fin:

No se trata de pedirle a Borges que escriba como Migré, se trata de lograr un mundo en donde más gente pueda gozar de Borges. Y si no gozamos de Borges o del abrazo de un gran amante, o de los cuartetos de Beethoven, me temo que la culpa es nuestra.

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*Si hubieran visto "Sopa de ganso" como les pedí, en vez de andar haciendo el amor y esas pavadas, esta frase les hubiera causado mucha gracia. ¡Pero ustedes no aprenden nunca!

MÚSICA Y DIALÉCTICA



Escrita desde el exilio por un poeta casi secreto, Julio Numhauser, amigo que sólo es capaz de mantenerse dialéctico hasta que llega el momento de cantar el amor por su tierra... ¿Será que amar es, precisamente, la absurda, la irracional, pretensión de no cambiar, de perpetuarse en el otro, de no morir nunca?

martes, 24 de junio de 2008

MONTEVIDEO


Uno cree saber a dónde va sólo porque en el boleto hay un nombre impreso junto a la palabra DESTINO. Después de un largo viaje, esa palabra se convierte en personas, en paisajes, en vino… Y uno descubre, entonces, a dónde iba.

Montevideo es una vieja ciudad que duerme. Es enorme, pero parece pequeña. Cuando la noche ni siquiera es amenaza, sus calles quedan desiertas de miradas y de inverosímiles “contigo”. Su gente es cordial y alegre, de un sentido del humor sorprendente y desenfadado, pero vive oculta, quizás de si misma.

Me guardo interminables conversaciones de loco, el sabor palindrómico del Tannat, el destino curioso de una cárcel, la belleza de una mujer mulata que no vi, billetes de próceres extraños, el color impreciso de una tarde y otras cosas más íntimas que callo.

Y todo eso fue un regalo, una yapa: yo fui a conocer una cara, a oír una voz, a dar un abrazo, hasta ese día, imposible.

lunes, 23 de junio de 2008

LA MUJER SECRETA



Amílcar Zorpodín guardaba, escondida, la foto vieja, muy vieja, de una mujer. No se lo había contado nunca a nadie: esa mujer era lo único que Zorpodín no contaba. Pero no importaba, porque ella se le notaba en los ojos, en el alma; porque la tenía tan metida (tan arrancada) que, si uno escuchaba, si uno realmente escuchaba al viejo, la veía atrás de los cielos azules, de los paraísos e infiernos de todos los inmundos y asombrosos mares, de los cien mil idiomas que había aprendido a balbucear con torpeza, de la ginebra y el humo del tabaco, de los lejanos disparos de una guerra absurda e, incluso, detrás de las putas vulgares que también eran ella, que eran ella más que ninguna otra cosa en el mundo... ¡Por que hasta en eso (en encontrarla a ella, a Ella) tuvo suerte el viejo desgraciado, lobo de mar y pescador de nubes!

Se llamaba Sofía y murió muy joven, de neumonía, mientras él pescaba atún al otro lado del mundo y cantaba feliz y bebía y soñaba, eso sí, con volver un día para amarla siempre...


Aloir Edef

sábado, 21 de junio de 2008

SORTILEGIO



¡Pucha! La idea del blog era hablar de todo, evitar caer en el error de dar vueltas siempre en torno a lo mismo; pero ahí está el Amor, ese desconsiderado, ese "cobarde con nombre de valiente*" que vuelve y vuelve... ¿Qué querrá el turro este? Primero traté de no engancharme con el asunto. Después me dije: "Bueno: escribamos** hasta ya no tener que decir y punto." Pero después caí en la cuenta de que el tema no tenía un fin, que era, por naturaleza, inagotable. No hay nada de malo en eso, pero sí lo hay en aburrir y yo ya empiezo a aburrirme de mí mismo.

De ahí la necesidad de deshacerme de este molesto querubín. ¿Me alcanzará con este viejo sortilegio de don Góngora y Argote?

Ciego que apuntas y atinas,
caduco dios, y rapaz,
vendado que me has vendido,
y niño mayor de edad,
por el alma de tu madre
-que murió, siendo inmortal,
de invidia de mi señora-
que no me persigas más.

Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.

Baste el tiempo mal gastado
que he seguido a mi pesar
tus inquïetas banderas,
forajido capitán.
Perdóname, Amor, aquí,
pues yo te perdono allá
cuatro escudos de paciencia,
diez de ventaja en amar.

Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.

Amadores desdichados,
que seguís milicia tal,
decidme, ¿qué buena guía
podéis de un ciego sacar?
De un pájaro, ¿qué firmeza?
¿Qué esperanza de un rapaz?
¿Qué galardón de un desnudo?
De un tirano ¿qué piedad?

Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.

Diez años desperdicié,
los mejores de mi edad,
en ser labrador de Amor
a costa de mi caudal.
Como aré y sembré, cogí;
aré un alterado mar,
sembré la estéril arena,
cogí vergüenza y afán.

Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.

Una torre fabriqué
del viento en la raridad,
mayor que la de Nemroth,
y de confusión igual.
Gloria llamaba a la pena,
a la cárcel libertad,
miel dulce al amargo acíbar,
principio al fin, bien al mal.

Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.
_________
*Gran verso de Quevedo. No sin una sonrisa, hago convivir los versos de dos hombres, Góngora y Quevedo, que se odíaban sin pruritos.
**Insisto: sigo sin entender por qué es de uso el plural en estos casos. ¿O debería decir, "seguimos sin entender"?

jueves, 19 de junio de 2008

¿QUÉ ES EL ARTE?


Quizás me juzguen pesimista o descreído, quizás simplemente un cínico, pero creo, con Leopoldo, que el arte es...

Pasatiempo singular,
tal vez, aunque harto inocente,
como escupir desde un puente
o hacerse crucificar...

...en fin; un maravilloso capricho, como el amor, como la amistad, por el cual bien vale arriesgar la vida.

miércoles, 18 de junio de 2008

LA UTILIDAD DEL ARTE


Ayer, mi amigo M… me dijo que no compartía esa afirmación de Wilde de la que suelo hacerme eco tan a menudo: “Todo arte es completamente inútil.” M… me afirmó, juró y perjuró, que encontraba sosiego en la obra de los grandes artistas. “Admito” dijo, “que el dolor ante la soledad no desaparece, por ejemplo, cuando uno lee a Dostoievski pero, en cambio, uno se siente un poco menos tonto al ver que hombres muy superiores a uno padecen de ese mismo mal… Y eso, al fin de cuentas, ¿no nos ayuda a tolerar ese mal?” He aquí mi respuesta:

Hacia 1.321, un poeta florentino llamado Dante Alighieri, murió dejándonos la que para muchos es la mayor obra literaria jamás escrita: “La Divina Comedia”. Esta obra tiene, incluso hoy, una enorme influencia artística y religiosa en todo el mundo y toda ella gira en torno a una imagen central, una musa terrenal, llamada Beatriz Portinari, a la que Dante amó inquebrantablemente. Hace poco me enteré de que Dante, en esa grosera ficción a la que llamamos realidad, le era indiferente a su amada Beatriz y que, incluso, el poeta sólo pudo verla dos o tres veces a lo largo de su vida.

Me declaro culpable de este y otros delitos. Un poco más inconstante que el florentino, Beatriz fue para mí un grupo reducido (pero grupo al fin) de mujeres. No tuve mucho mejor suerte que Alighieri. M… sé que a usted le ha pasado algo similar más de una vez. Quizás a alguno de mis lectores le haya pasado. No sé si el destino de Dante o si la Divina Comedia les sirven de consuelo. A mí no.

Ah, por cierto, M... no existe, es sólo que me sentía un poco solo o que quería, como Dante, meter un poco de ficción entre tanta confesión.

martes, 17 de junio de 2008

QUINTA PATA AL MITO DE EDIPO


El niño, el adulto, el viejo… “El hombre”, respondió Edipo. En estos días esa respuesta (y ese enigma) me estuvo dando vueltas por la cabeza una y otra vez; hoy sé por qué.

El mito de Edipo expresa mejor que ningún otro la afinidad del mundo helénico por el determinismo. Todos conocemos la historia y su significado; cada uno de los pasos que dio el de los pies heridos para alejarse de su horrible destino, fueron los que lo llevaron, precisamente, a cumplirlo. El destino es ineluctable.

¿Qué había, entonces, detrás de ese deseo de huir? El propio mito nos presenta a Edipo como al más sabio de los hombres. ¿El más sabio de los hombres podía creer que fuera posible evitar lo inevitable? Ciertamente hay cierta nobleza en oponerse a lo que sabemos o creemos fatal, pero ¿puede existir convencimiento en la posibilidad de imponernos?

“¿Cuál es el único ser que anda en cuatro, luego en dos y luego en tres patas?” Acertar la respuesta presupone entender lo que ese ambiguo oráculo, Oscar Wilde, decretó alguna vez: El hombre bautizado en Alacalá de Henares ya era (ya es) el que vio inutilizada su mano en el combate de Lepanto, el rehén moro, el autor del Quijote, y el que moriría en Madrid el 23 de abril de 1.616. Acertar la respuesta presupone saber que el destino no puede ser burlado. En el fondo, Edipo no creía en la posibilidad de escapar y eso fue, irónicamente, lo que le permitió vencer a la esfinge y condenarse.

Pero el destino, contra lo que pueda pensar el distraído lector, no teje trampas. El oráculo que vaticinó su suerte a Edipo, no adivinaba lo posible, leía el destino como nosotros leemos el de aquel otro hombre que enloqueció por leer demasiados libros de caballería, sabiendo que era ya (es ya) el de la triste figura, el que cofunde molinos y gigantes, el vencido de Sanzón Carrasco, el que muere en la Mancha junto a su escudero Sancho

sábado, 14 de junio de 2008

MÚSICA Y TAO


Oh, que será, que será/ Que anda suspirando/ Por las alcobas/ Que anda susurrando/ Versos y trovas/ Que andan escondiendo/ Bajo las ropas/ Que anda en las cabezas/ Y anda en las bocas/ Que va encendiendo velas/ En los callejones/ Y están hablando alto/ En los bodegones/ Gritan en el mercado/ están con certeza/ En la naturaleza/ Será que será/ Que no tiene certeza/ Ni nunca tendrá/ Lo que no tiene arreglo/ Ni nunca tendrá/ Que no tiene tamaño//

Oh, que será, que será/ Que vive en las ideas/ De los amantes/ Que cantan los poetas/ Más delirantes/ Que juran los profetas/ Embriagados/ Que está en las romerías/ De mutilados/ Que está en las fantasías/ Más infelices/ Los sueñan de mañana/ Las meretrices/ Lo piensan los bandidos/ Los desvalidos/ En todos los sentidos/ Será que será/ Que no tiene decencia/ Ni nunca tendrá/ Que no tiene censura/ Ni nunca tendrá/ Que no tiene sentido//

Oh, que será, que será/ Que todos los avisos/ No van a evitar/ Porque todas las risas/ Van a desafiar/ Y todas las campanas/ Van a repicar/ Porque todos los himnos/ Van a consagrar/ Porque todos los niños/ Se habrán de zafar/ Y todos los vecinos/ Se irán a encontrar/ Y el mismo padre eterno/ Que nunca fue allá/ Al ver aquel infierno/ Lo bendecirá/ Que no tiene gobierno/ Ni nunca tendrá./ Que no tiene vergüenza/ Ni nunca tendrá/ Lo que no tiene juicio//

MEMENTO MORI




"Cuando un hombre aprende a pensar, no importa en qué piense, siempre estará pensando en su muerte"

León Tolstoi.

miércoles, 11 de junio de 2008

DISPARIDAD DE CRITERIOS


Durante su breve estadía en Mendoza, Manuel de Muguino trabó amistad con Aquiles Domasti, un viejo italiano que llevaba años al frente de una pequeña librería en el centro de la ciudad. Cierto día, Muguino se acercó a la librería con ánimo de reanudar sus interminables charlas metafísicas, pero, decepcionado, se encontró con que su amigo estaba dado a la infeliz tarea de ordenar una montaña de libros. Como era de esperar, Domasti le pidió que lo ayudara a ordenar alfabéticamente aquellos volúmenes, a lo que Muguino respondió:

--¿Por qué mejor no encontramos un criterio por el cual ya estén ordenados?
_______________
Extraído del "Anecdotario de Manuel de Muguino", Bs As, 1.998, AAVV.

lunes, 9 de junio de 2008

EL PUENTE AZUL

Siempre había padecido de una extraña dolencia mental que afectaba su memoria. Seguramente había revisado una y otra vez, hasta el cansancio, el arma que llevaba oculta en su mochila, con el lógico temor de que algo saliese mal.

Por fin, a la hora convenida, lo vi acercarse hacia mí cruzando el bosque.

––No tendrías que haber venido–– me dijo mientras me apuntaba––; te cité para matarte.

––No, Miguel…–– respondí yo con una sonrisa amarga. ––Yo ya estoy muerto; me mataste ayer, en el punte azul... Yo fui el que te citó para saber por qué.

Le vi entonces aquel gesto de confusión tan suyo, tan propio de su enfermedad, dolorosamente cercano al temor. Pero no hablaba, no dijo una palabra; tal vez por temor, o porque él mismo no recordaba por qué lo había hecho.

sábado, 7 de junio de 2008

ELLA SIEMPRE



Ella… Ella siempre… ¿Pero dónde? ¿Cuándo? ¿QUIÉN? Nunca se sabe. Habrá que seguir buscándola, sabiendo que encontrarla es nada más que la mitad del camino, que en el primer beso, en el primer abrazo, empezamos a buscar otra vez…

Agotamos los géneros, las épocas, los idiomas, y no la encontramos. Pero a no perder la esperanza: sé que Ella está ahí, esperándonos, sin saber que espera. Y si no está, debemos hacer lo posible para que eso sea injusto, debemos hacer lo posible por merecerla más que nadie.

¿Cómo era eso Rubén?

lunes, 2 de junio de 2008

INTROMISIÓN III: OSCAR HERMES VILLORDO



Oscar Hermes Villordo en Buenos Aires pero chaqueño médula. Novelista, periodista… poeta. ¿Olvidado? Olvido nuestro no suyo que nadie muere por otro. Y que memoria todo inmarcesible verso, rosa sin días. ¿Escuelas qué sabía y lo encerraran? De jaulas, nada; otro: todo! Delicado beso esa mano cerrándose en caricia su muerte. Lo que queda:


LA POESÍA

Como una llama te llevé conmigo
sin merecerte. Débil, persistías;
y pasaban los días y los días,
y fui, más que tu amigo, tu enemigo.

Te guardaron mi alma y el abrigo
de mi mano de tantas agonías.
Yo no sé qué tenías, qué tenías,
que eras mi salvación y mi castigo.

Y ahora tu fantasma y mi reflejo,
el verso que te doy y no se entrega,
van por el mundo como ciego y ciega.

Todavía en mi alma te protejo,
todavía tu luz hasta mí llega,
todavía nos copia ese Otro Espejo.


Despídome con opinión concluyente:

Alguien me dijo que estás muerto, hermano. ¿Pero cómo? ¿Cómo? Si en cada nuevo adiós te siento vivo?

PEYORATO Y LA MISANTROPÍA


"La superioridad de los vegetarianos sobre los caníbales no es moral, es meramente digestiva."

"Me gustan las personas inteligentes; si logran engañarme, quiero tener una buena excusa."

"Caballero, siempre he sentido un gran interés por los de su tipo... Por ejemplo; siempre quise saber qué comen, qué beben, cuál es su hábitat natural y cuánto tiempo pueden vivir en cautiverio..."

"Si tuviera la delicadeza de decirme qué tipo de comentarios le resultan ofensivos me ahorraría gran parte del tiempo que dedico habitualmente en deshacerme de usted."

"Me desagradan los estereotipos: conozco muy bien al tipo de personas que los usan."

"Del millón de formas en que uno puede llegar a aburrirse en el mundo moderno... ¡Justo tenía que tocarme usted!"
__________
Extraído de su libro: "Nada de lo ajeno me es humano."
Échele un ojo a: Peyorato y el sexo

DAR LA NOTA



Debemos los nombres modernos de las notas musicales al padre Guido d’Arezzo, quien los tomó de las sílabas iniciales del “Himno a San Juan Bautista”, posiblemente con un fin mnemotécnico, ya que, obviamente, el Himno era mucho más conocido para sus contemporáneos de lo que puede llegar a serlo para nosotros, en especial, si consideramos que el interés de d’Arezzo era crear un criterio de notación para los compositores de música sacra. Inteligentemente, el orden elegido no es el ascendente, sino que se agrupa a las notas por terceras, con lo que el conocimiento del Himno proporcionaba también una noción elemental de armonía: ut (sustituido en el s XVII por do*), mi, sol; re, fa, la y si.

UT queant laxis
MI-ra gestorum
SOL-ve polluti
RE-sonare fibris
FA-mulli tuorum
LA-bii reatum
S-ancte I-oannis

Se da a este sistema el nombre de solmisación medieval o guidoniana, en honor a su inventor**

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*¿Alguien sabe de dónde salió ese Do?

**Extraído de la Enciclopedia de datos inútiles de mi supuesta autoría.

OTRA VUELTA DE TUERCA (JOHN CARPENTER'S VAMPIRE)

En los últimos tiempos, innumerables series y películas de vampiros y zombis llevaron a la parodia un género fundante del séptimo arte. El ...