Foto: mi viejo amigo
Robert Louis Stevenson
....Estos últimos días estuve pensando mucho en este viejo poema. Más allá de la tristeza de constatar que no era tan bueno como pensé al escribirlo, hay algo que me sorprende en él. En ese momento era demasiado joven y, por supuesto, omnipotente; el auras mediocritas era un mero tópico literario, algo completamente ajeno a mi manera trágica de sentir la vida. Yo era un poeta romántico perdido en la postmodernidad, jugando a ser Stevenson en un mundo en el que ya nadie recuerda los versos de Stevenson. Ahora (no tantos años ha) empieza a convertirse en una desiderata. Juro que no hay melancolía en este post; es un simple cambio de preferencias...
AUREAS MEDIOCRITAS
No conozco los mares ni los cielos
ni busqué con afán el Paraíso;
los viajes al azar y a lo impreciso
no supieron tentar a mis anhelos.
Soy feliz con la charla de un amigo,
con un vaso de vino y unos versos,
unos cuantos ensueños ya dispersos
y la voz de seis cuerdas que fatigo.
No espero mucho más del breve instante
que me toca por suerte en este sueño;
una casa y, en un lugar pequeño,
una mesa y mis libros en su estante.
Ahí he de amar a una mujer hermosa
que guarde con recelo algún secreto;
los años, la vejez, un fin discreto...
¡Qué tonto ha de soñar con otra cosa!