.....La obra de Borges, ese sorprendente tamiz donde se conjugan las espadas, los espejos, el tiempo, los laberintos, los tigres, el fuego y las sombras, mantiene una relación peculiar, casi inédita, con la filosofía. Mientras otros escritores han agotado la fábula y el llamado “compromiso político” desde las trincheras de Platón y Kant, Borges se ha valido de sus ficciones para cifrar (este verbo es hondamente borgeano) las grandes ideas filosóficas.
.....Los monstruos de su literatura, son afines a los monstruos engendrados por la razón de los hombres; son su objetivación, su materialización y su puesta en juego. La filosofía se objetiva y revive de un modo casi literal y vertiginoso en sus páginas, donde las viejas obsesiones del hombre: el tiempo, la muerte, Dios y el destino, esperan al lector con su eterna e inmarcesible magia.