martes, 20 de mayo de 2008

A ORILLAS DEL PSICOANÁLISIS


Sueños. Donde las máscaras ocultan lo que las máscaras revelan. Donde somos el actor y el autor prodigioso que es capaz de sorprenderse a sí mismo. Donde el deseo no tiene confines. Donde el tiempo se pliega en sí mismo y da lo mismo un siglo o un segundo. Donde perdemos nuestro nombre para saber quién somos.

Sueños. Donde creemos descubrir lo que ya sabíamos. Donde sabemos de nosotros sin saber de nada. Donde la noche nos atrapa y nos transforma en parte de su sombra. Donde debemos rastrear la sombra que será nuestra luz. Donde la verdad es una imagen perdida en un espejo.

Sueños. Donde perdemos el camino hacia nosotros, para así encontrarnos. Donde no hay un dónde ni un cuándo. Donde no hay, mucho menos, un después. Donde un abismo cruel intenta, curiosamente, salvarnos. Donde el último engaño, el último obstáculo, el último secreto, la última palabra no entendida, el último confín, la última curva inesperada, el último rincón donde la sangre se apetece, el último racimo de pasión inexplicable, el último delirio, el último estertor, el último fragmento de lo humano, nos espera, nos acecha, nos descubre, nos penetra, nos acoge, nos encuentra...

Sueños...

11 comentarios:

Fede dijo...

Venía gambeteando las anáforas desde hace años. Vivir para traicionarse, que vachaché!

Idea dijo...

Tendrá que admitir que "le hemos dado pasto a la fiera", pero si jura que va seguir escribiendo así, siga traicionándose que igual ya descubrió la fórmula de la inmortalidad.

Walter Leonardo Doti - (Filosofo Multimedia) dijo...

Pesadilla recurrente cuando pequeño. ¿Me la interpreta?:

Me veo a mí mismo con mi cuerpo de bebé con un poncho blanco de lana peluda. El increíble Hulk me tiene cabeza abajo,tomado de los pies y amaga a tirarme al inodoro. Lo detengo despertándome.

Onirica dijo...

bueno, veo que ha estado paseando por mi hogar.!! jaja. me gusta como escribis, pasare seguido.

Fede dijo...

Idea:

"Pasto a las fieras" ¿es una forma elegante de decirme burro?
¡Qué bueno que ya salió lo d la inmortalidad! ¡Gracias por la data! Ahora termino de escribir y voy a hacer lo que siempre quise hacer: saltar del décimo.


Walter:

Hulk, por supuesto, es su padre. El inodoro es el temor de que su padre lo desherede por ser demasiado ingenuo (blanco), mientras que usted no ve ingenuidad en esa blancura, sino que se ve a sí mismo como un bebé inocente e incomprendido. Tal es la regresión de su sueño que incluso se ve cubierto de un velo virginal al que en la vigilia transforma en un poncho por prejuicios de orden telúrico-humorístico. Luego, usted dice "de lana peluda" y no "peludo de lana" porque teme asociarlo con "peludo del ano". Es decir; teme asumir que ya está bastante grandecito y peludo.

Terapia: ¡Madure de una vez o juéguele todo al 48!
Si sale el 48, omita el primer paso.

PD: Todos creemos que tenemos que madurar y no lo hacemos y todos tememos que nuestro padre (nosotros mismos) piense que somos unos pelotudos. Todos, además, creemos que tarde o temprano vamos a ganar jugándole al 48. (Nadie sabe que hay que jugarle al 27)

Fede dijo...

Onírica:

No la había visto. Me voy a pegar una vueltita.

nadie dijo...

Estoy en mi habitación, en la casa de mi abuela, descubro una ventana que nunca había visto, da a un parque que le pertenece a la casa, esta lleno de poltronas verdes y sillones de dos cuerpos, todos abandonados, no puedo meterlos en mi cuarto porque no caben, pregunto porqué están tirados y me dicen que porque nadie los quiere, que están viejos. De pronto me percato de que el parque es en realidad un campo enorme, lleno de árboles de eucaliptos que dan manzanas verdes, quiero probarlas, pero no lo intento, están demasiado lejos y tengo mucho que ver todavía, no tengo el tiempo necesario para comer la manzana en paz. A un costado de las poltronas, hay un piano de cola sobre una base circular de madera podrida, pregunto de quién es el piano, de nadie, me dicen,¿ y porqué esta acá? ¡Se va a pudrir! ¡No puede estar al aire libre!. Quiero llevarlo a la casa pero no me dejan, dicen que está ahí para pudrirse, que no puedo usarlo, que no me preocupe por eso. Mientras miro el piano de lejos sabiendo que no lo voy a poder tocar, veo a dos hombres negros que entran por una puerta entre los arbustos para llevarse el piano, llegan a sacarlo del parque, pero cuando ven que los estoy mirando se amedrentan y lo devuelven a su base. Vuelvo a mi habitación y entro en un pasillo de unos ocho metros de ancho que recorre toda la ciudad, pienso, ¿porqué no puedo vivir acá?, es perfecto, nadie sabe que está esto , nunca me encontrarían y podría hacer lo que quisiera, pero no tiene una puerta que lo comunique con la ciudad, está cerrado, en realidad ni siquiera se podía entrar por mi habitación, ¿y ahora como hago para salir?

Fede dijo...

Nadie:

Es un sueño digno de análisis... Déjeme que lo piense y le cuento.

nadie dijo...

No! Es un regalo ,no lo rompas.

Idea dijo...

Mi amigo, los burros nada tienen de “fiera”, ahora que si para usted o su autoestima (¿qué dirán sus sueños al respecto?) son necesarios los elogios más directos, dígalo, no tendré inconvenientes aunque tal vez deba recurrir al comentario privado.
Si va a saltar del décimo avise, tengo una cama elástica en el box del edificio, se la pongo dónde va a caer, y usted cumple con el sueño del pibe, ¿vio qué fácil era? Si quiere lo acompaño en la aventura.

Calderondelabarca dijo...

Hubiera ido a la Fiesta con su tío Braulio y saltaba del tercero.

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