lunes, 27 de octubre de 2014

THE BEATLES Y EL TIEMPO


.     Son esos momentos de ocio por los que vale la pena vivir. No estoy con ánimos de leer, así que pongo algo de música. Seguramente notaron ese humor vintage de las tardes lluviosas (creo que le dicen nostalgia a eso); elijo el café y los Beatles… Las gotas de lluvia dibujan perfiles en la ventana mientras un grupo de vientos cita las primeras notas de La Marsellesa
.    ¿Por qué encontramos tanto placer en que la música sea previsible? Esa cita caprichosa va a agotar los primeros 9 segundos del tema; si durara más, yo notaría que algo anda mal. En unos segundos, John Lennon va a convencerme de que no necesito nada más que amor… Lo va a repetir tres veces a 1:02’, otras tres a 1:36’ y tres más a 2:20’. El tema dura 3:50’ cada vez; nunca más, nunca menos. Esto ya es sorprendente. Dicen que el tiempo pasa más rápido cuando uno se divierte. ¿Si escuchara esta canción con cierta mujer en la que no puedo dejar de pensar ahora, duraría menos para mi reloj? Hasta no hace mucho, cualquier científico hubiera respondido que no, pero ahora, las cosas ya no son lo que eran… 
.     Pero hay algo que es mucho más sorprendente que eso. Como los perfiles que la lluvia dibuja en mi ventana, cada uno de los sonidos, de las misteriosas vibraciones de All you need is love, es efímero; ocupa un lugar preciso en el tiempo y el espacio. Las notas de La Marsellesa ya no están vibrando en el aire cuando Lennon empieza a cantar; cada palabra, cada nota oída, en rigor, ya no existe. ¿Por qué, entonces, percibimos una continuidad, un todo? ¿Por qué encontramos en ese todo algo orgánico que llega, incluso, a conmovernos? 
.     El tiempo es algo misterioso o lo es, al menos, la forma en que lo percibimos. Llamamos pasado a impresiones, muchas veces erróneas, de algo que ya no existe; futuro, a la previsión gratuita de que algo que es, va a persistir, y presente a algo demasiado efímero, casi insustancial. 
.    ¿Si el pasado ya no existe, cómo puede seguir existiendo el que fui? ¿Quién es el que percibe y ordena la extraña ficción del tiempo? Los pasos que damos en el mundo forman un dibujo efímero, como el de las gotas de la lluvia y, sin embargo, sentimos que fue una misma persona la que los hizo. Y, aunque el tiempo se vuelva más rápido al verla, yo podría reconocer su cara entre un millón de caras, aunque el tiempo pase; aunque el tiempo no exista.       

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