jueves, 17 de julio de 2008

ESTÉTICA EN PANTUFLAS

No temáis, esto no es filosofía.
Antiguo adagio

Partiendo de Kant, Schopenhauer instituyó tres conceptos sobre los que basó su estética; lo lindo, lo bello y lo sublime. Voy a intentar exponerlos del modo menos desacertado posible:

Lindo: es lo que estimula y promete satisfacer nuestras necesidades o impulsos biológicos. Es decir, lo que necesitamos para subsistir y lo que se nos impone instintivamente. Por ej: un bife de chorizo (hambre / gula), una mina que está buenísima (instinto reproductivo / lujuria), etcétera.

Bello: lo que produce agrado estético (es decir, placer por su forma*), es, por ende, inofensivo y sustrae al observador de los apetitos citados, suspendiendo temporalmente su sujeción al impulso biológico. Por ej: una flor, el ocaso, un caballo al galope, una obra de arte, etcétera.

Sublime: es un estado de conmoción y arrobamiento dado, en forma débil, ante un panorama vacío de vida, de deseo y apetitos. Por ej: un desierto, la imagen del mar en un día sereno, etc… Y, con mayor fuerza, ante lo inconmensurable, lo terrible, lo amenazador. Por ej: un violento tifón en el mar, un hongo nuclear, un tornado, etcétera.

Estos estados, por definición, se excluyen recíprocamente. Hasta acá Schopenhauer. Aquí mi modesto aporte personal:

Existe una sola cosa en el mundo que puede generar los tres estados, incluso (me atrevo a decirlo) de modo simultáneo: la persona que amamos. Su belleza nos sujeta a nuestro impulso primario, pero también lo trasciede... En cuanto a lo sublime, le cedo la palabra al Romeo de Shakespeare, que lo dijo mejor que yo:

JULIETA: ¡Te asesinarán si te encuentran!

ROMEO: ¡Ay! ¡Encuentro más peligro en tus ojos que en veinte de sus espadas!
_______________
*Fermoso: Que posee forma.

4 comentarios:

Fede dijo...

Sí, ya sé: el marco es enorme y el cuadro chiquito, muy chiquito y mal pintado. ¡Qué va chache!

Walter Leonardo Doti - (Filosofo Multimedia) dijo...

Aclaremos:

Los tres conceptos que expone son los que Ud. menciona. Pero su contenido difiere levemente (¡las cosas que se dicen por cortesía!):

a) Lindo: lo que está ligado al interés. Lo que gusta por interés. No tiene que tratarse necesariamente de una cuestión biológica. Un cuadro donde esté representado un yate que uno desea puede ser juzgado como lindo.

b) Bello: aquello que suspende la ligazón al interés, que gusta más allá de los beneficios que puede traer aparejado.

c) Sublime: Lo sublime se divide en dos categorías:
1) Estático: Es la "conmoción" estética que resulta al observarse magnitudes infinitamente grandes o infinitamente pequeñas. Cuando observamos el mundo o las proyecciones matemáticas hacia el espacio exterior o bien nos figuramos la infinita divisibilidad de la materia en el plano subatómico.
2) Dinámico: Cuando observamos un fenómeno natural que podría aniquilarnos pero al tiempo caemos en la cuenta de que ese poder mayúsculo depende de nosotros en el sentido de que es nuestra representación y de que bastaría que ya no percibiéramos para que se convirtiera en nada, se da en nosotros la sensación de sublimidad dinámica.

Los dos filósofos que menciona afirman que un mismo objeto estético puede bien generarnos alternativamente tanto el juicio que incluya lo lindo como aquel que incluya lo bello. Lo único que está excluído es lo sublime, que parece más bien depender de una cualidad del objeto mismo.
En cualquier caso, eso hace que su bella conclusión siga en pié. ¿Será que el ser amado es el objeto estético completo; el objeto estético por excelencia?

Calderondelabarca dijo...

Muy ilustrativa exposición, tanto la suya como la de su colega Atanosofista.

Ahora bien :
¿ Se refiere al Ser Amado en un sentido amplio ( Un hijo, un hermano , una madre ) o mas bien restringido ( el que se le asigna usualmente a una Pareja)

Y en este último caso...

¿ Coincidiría Schopenhauer con su aserto , teniendo en cuenta la opinión que sustentaba acerca de la Mujer ? ¿ Que cosa podría reunir esas tres condiciones para él?

Fede dijo...

Walter:

Gracias por la data y me alegro que la idea le haya gustado. Yo creo que es una verdad poética, pero no descarto que pueda ser una verdad filosófica. Si se quiere tomar el trabajo de averiguarlo, sería fantastic (así, en catalán, se lo digo)


Calderón:

Cuando hablo de amor siempre me refiero a la ponzoña que traen las flechas de cupido, al que no necesita adjetivación alguna del tipo: "platónico", "fraternal", etc. La idea poética residía en el aspecto sublime. La persona amada es terrible para nosotros, en el sentido que la palabra terrible tiene en la Teología: nos pasma, nos asombra y nos produce temor: sentimos que una sola palabra que diga puede aniquilarnos. No sé si eso pasa con un hijo, sé que no pasa con un padre o un amigo, por mucho amor que exista.
Notará que su salvedad me resultó inquietante: fue más largo el comentario que el post.

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