jueves, 7 de agosto de 2008

...A PRIMERA VISTA



En nuestra adolescencia, con el descubrimiento de nuestra sexualidad, comenzamos a construir la imagen de la persona deseada. Aunque, tal vez, la palabra imagen no alcance a describir esa suerte de huella o modelo que no siempre es visual. Muchas veces buscamos olores, miradas, caracteres, virtudes e, incluso, vicios o defectos. Es posible que el resto de nuestras vidas no hagamos más que buscar llenar ese vacío.

No sólo creo en el amor a primera vista; estoy convencido de que es el único modo de amor posible, no porque nos enamoremos de alguien al instante, sino porque ese alguien viene a llenar ese espacio, a hacer objetivo ese ideal. De algún modo, incluso antes de conocerlo, ya lo amábamos.

Creo que la mejor analogía es el humor. Hay cosas que, simplemente, nos hacen reír. Podemos tardar en entender, podemos resistirnos a la tentación, pero, tarde o temprano, la risa y el amor estallan en nosotros. Para bien o para mal, se nos imponen, nos vences irremediablemente. No existe, por lo tanto, un ir enamorándose, solamente personas más o menos rápidas para entender los chistes, o, acaso, más o menos valientes en notarlo, en reconocerlo. Para esas personas queda un consuelo: “El que ríe al último, ríe mejor.”

La secuencia (un poco larga, lo sé) pertenece a la película “El marido de la peluquera.” La vi por primera vez en la adolescencia, cuando estaba empezando a tratar de entender de qué se trataba el tema este de las mujeres. Por eso, es posible que todo lo anterior no valga sino como una verdad personal, como mí verdad. Hoy, después de tantos años, creo que siempre fui el personaje de Jean Roquefort, nada más que con un poco menos de suerte. ¿Pero qué quieren que les diga? Aunque mi suerte siga siendo esperar en la escalera, preguntándome si Ella lo sabe, si le importa, la idea es demasiado poética para renunciar a ella… Prefiero creer que todos tenemos nuestra peluquera.

Kierkegaard, según supe hace un tiempo, decía que si todos los hombres, salvo él, ganaran el Cielo, aun desde el Infierno iba a aplaudir la misericordia de Dios. No sé si Dios existe (ni me importa), pero sé que el amor sí. Hoy vengo, entonces, a aplaudir su maravillosa obra y a cortarme un poco el pelo, aunque no haga falta todavía.

11 comentarios:

Fede dijo...

A esta altura, esta debe ser ya la despedida más larga de la historia. Es muy curioso, porque nunca me gustaron las despedidas.

Carolina dijo...

el amor solamente es a primera vista, asi despues suceda en desengaño, se evapore. Si a primera vista no se siente nada, nunca se sentirá.

Carolina dijo...

Como primera vista entiendo lo que ud explicó, no el hecho de "ver" nada mas...

Carolina dijo...

Como primera vista entiendo lo que ud explicó, no el hecho de "ver" nada mas...

Fede dijo...

Si usted lo dice.

Fede dijo...

Si usted lo dice.

Walter Leonardo Doti - (Filosofo Multimedia) dijo...

Primero: Le regalo la canción de Pedro Guerra alusiva al tema.
http://www.goear.com/listen.php?v=13dba93
De nada.(lo pueden escuchar todos, eh)

Segundo: (como siempre y esta vez espero que alguien me lo festeje) Reutemann.

Tercero: El protagonista de la película me recuerda a mi papá a una edad en que no lo conocí mucho. Pero más curioso es que, quien hace de niño, se parece también muchísimo a mi padre de niño, según el testimonio de una foto que le sacaron el día de su comunión.

Cuarto: ¿No hay muchas minas que, puliéndolas un poquito acá, otro poquito allá y un toquecín más allá (No, ahí no. Más abajo. ¡Eeesooo! Ahí, ahí.) calzan más o menos bien en el agujero que tenemos en el corazón? Y no me venga con que hay una que calza justo porque no es verdad.
Todos en algún momento tienen la ilusión de haber dado con "la" mujer de su vida, pero podrían haberse cruzado con muchas otras que creasen la misma ilusión.

Idea dijo...

Yo iría más lejos, ¿quién dice o dónde está escrito que sólo hay una mujer u hombre (para el caso lo prefiero) de la vida?
El corazón, como todos los músculos, se modifica con los años, los huecos también, de ahí que puedan calzar distintos en diferentes momentos. Y sabe qué, tal vez no seas muy poético, pero no me lo discuta porque a mí me pasó.

Idea dijo...

Carolina, espere un tiempo a ver si lo que usted dice es tan así, tal vez sea cierto que hay un algo que a veces llamamos química o lo que sea que si no está, no se inventa, pero también es cierto que alguien que en principio nos resulta indiferente por distintas razones puede empezar a llamarnos la atención, creo que el amor tiene un componente cerebral, de cómo vemos al otro, cómo reconstruimos su imagen en nuestro interior, aunque nada tenga de poético.

Carolina dijo...

Walter: Reutemann? JAJA JA ja ja j a... j....

Idea: Puede ser, pero no me ha pasado.

En cuanto a lo que ud dice sobre una sola mujer o un solo hombre (tambien prefiero estos ultimos) creo que es lo que afirma.
Como me dijeron una vez: ningun hombre es todos los hombres y eso es lo malo. Pero es una idea (no ud, eh) a la que me es dificil amoldarme. Todas "necesitamos" y "queremos" EL hombre, el poètico, el predestinado y el que finalmente sea todos los hombres.

Fede dijo...

En última instancia, queda una esperanza... "¿No sabía que eras peluquera?"

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