Debemos los nombres modernos de las notas musicales al padre Guido d’Arezzo, quien los tomó de las sílabas iniciales del “Himno a San Juan Bautista”, posiblemente con un fin mnemotécnico, ya que, obviamente, el Himno era mucho más conocido para sus contemporáneos de lo que puede llegar a serlo para nosotros, en especial, si consideramos que el interés de d’Arezzo era crear un criterio de notación para los compositores de música sacra. Inteligentemente, el orden elegido no es el ascendente, sino que se agrupa a las notas por terceras, con lo que el conocimiento del Himno proporcionaba también una noción elemental de armonía: ut (sustituido en el s XVII por do*), mi, sol; re, fa, la y si.
UT queant laxis
MI-ra gestorum
SOL-ve polluti
RE-sonare fibris
FA-mulli tuorum
LA-bii reatum
S-ancte I-oannis
Se da a este sistema el nombre de solmisación medieval o guidoniana, en honor a su inventor**
UT queant laxis
MI-ra gestorum
SOL-ve polluti
RE-sonare fibris
FA-mulli tuorum
LA-bii reatum
S-ancte I-oannis
Se da a este sistema el nombre de solmisación medieval o guidoniana, en honor a su inventor**
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*¿Alguien sabe de dónde salió ese Do?
**Extraído de la Enciclopedia de datos inútiles de mi supuesta autoría.
2 comentarios:
Ahora me doy cuenta de que no sólo el amor ocupa mucho lugar en este blog, sino también la musicología. Es muy extraño, en mi charla cuasual aparecen relativamente poco. No dejo de sorprenderme ( no digo que para bien)
¡Pero no puede ser! Estaba convencido de que las notas habían surgido de la película "La novicia rebelde".
...go back to DO!
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