¿Y si el alma existe,
pero es,
como la misteriosa sonrisa del
un puro accidente
sin sustancia?
¿)?
Ocio, humor, literatura, pelusas de ombligo, revisionismo cultural, filosofía de potrero, perejilismo intelectual, chismografía anacrónica, musicología hipoacúsica, helenismo en pantuflas y otras incontinencias verbales...
Nadie debería dejar este mundo sin haber leído a los cuatro grandes autores de la tragedia ática: Esquilo, Sófocles, Eurípides y Ross Macd...
7 comentarios:
Entonces, qué?
¡No me diga eso, que se me viene el alma al piso! El alma existe, por supuesto, al igual que la sonrisa de un gato inmaginario, que deja de serlo cuando un escritor lo trae a la realidad, poniendolo por escrito en una hoja de papel, o mejor aún, en una página virtual, y en ese acto no cabe la palabra "accidente", ni puede suponerse que sea un elemento "insustancial"...aunque a simple vista lo parece, es verdad.
Dejemelo pensar...
Me dejó anonananodadodado.
Me encanta ese gato. Antes me daba miedo, quizas alli reside su encanto.
(un peu me asusta aun)
Brrr.
Y qué importa si es un accidente, y no tiene sustancia? Mientras se de, le pone sentido a mi humanidad. Además, a mí el gato de Cheshire me mata con su misterio.
Leí bastante de tu blog, ojalá fuera más sedentaria para leerte más seguido. Pero ojo, ya me planteé lo de Nietzsche, y hace rato que elijo (cada vez que puedo... :) )
Saludos, Fede.
Fogel:
El juego pasaba por otro lado. Por accidente no me refiero a algo que se da de modo aleatorio, sino a algo que le pasa a un ente. ¿Y si no es así? ¿Si tal entidad no existe pero, incluso así, el alma se da como un suceder?
Walter:
¡Cuántas cosas extrañas, no? La especulación quizás no tenga premio alguno, pero resulta siempre fascinante.
Luzdeana:
El asunto es que si es, si de verdad existe, nada más parece explicable, si lo es de este modo, como un suceder y no como un ser. sustancial. Por supuesto que a los efectos, de poco importa el resto.
Gracias por la visita.
Caro:
A decir verdad, Disney supo rescatar el ámbito opresivo, de pesadilla, que tiene el relato de Carroll. Yo me acuerdo que cuando lo leí por primera vez ya no era chico y sentí que algo andaba muy mal ahí. Los juegos lógicos de Carroll tienen algo espantoso.
no puedo contradecir a los marplatenses, lo siento
donde usted pone una duda yo pondría un "qué le vamos a hacer, esto es lo que hay!"
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