
¡Pero cuidado! Entiéndase que no es un ejercicio estadístico: la oralidad es, también, un artificio discursivo, quizás el más artificial de todos. También hay que tomar en cuenta que una cosa es el lenguaje del personaje y otra el del narrador omnisciente, pero no conviene que esos dos discursos sean muy contrastantes, aunque eso es ya una elección estética.
Ahí van algunas ideas. Acepto (exijo) críticas y aportes.
Aun y aún:
Creo que conviene no usarlos mucho. Al “aún” nunca, salvo que el personaje sea culto y un poco afectado. No creo que se use más que para dar gravedad al discurso, por ej: -¿Salió bien del quirófano? -Aún no sabemos nada” Es más verosímil el “todavía”. El “aun” trae más problemas. Según el contexto, creo que hay que tratar de remplazarlo por “incluso”, “hasta” y “aunque”. Ej: “Hasta los domingos trabajan”, siempre es mejor que: “Trabajan aun los domingos…” Al escribir lo usamos demasiado porque resuelve cuestiones de ritmo, pero no hay que caer en la tentación.
Adverbios de lugar:
Sin dudas es mejor usar “acá” y “allá” que “aquí” y “allí” cuando habla un personaje. Pero cuando habla el narrador el uso puede parecer violento y nos va a forzar a ser muy coloquiales. Para encontrar un equilibrio, yo suelo usar “ahí” por “allí”. El “allá” no suele traerle problemas al narrador, porque el que narra en tercera persona habla siempre de un “allá” y de un “él”. En mi caso, cuando veo que necesito usar “acá” fuera de los diálogos, me doy cuenta de que metí la pata.
Nunca y jamás:
Creo que es obvio que usamos más el “nunca” que el “jamás” que es, a mi gusto excesivamente literario. Prueba de su mayor uso es que se gastó más, al punto de perder fuerza. Por eso a veces, lo reafirmamos con el “jamás”. Ej: “No le dije nunca… Pero jamás, eh”.
En “Diarios de motocicleta” (¡Qué bien que labura ahí de la Serna, che!) al Che y al amigo, dos chilenas le sacan la ficha de que son argentinos por el uso del “che”. La primera vez que vi la película me dije: “¡Che, estos giles no dijeron “che” hasta ahora, que desastre el guión”. Al verla por segunda vez noté azorado que se usaba este vocativo criollísimo unas 2.000 veces antes de esa escena. Moraleja: úsenlo siempre, siempre, siempre… Lo usamos mucho más de lo que creemos: ni nos damos cuenta de que lo usamos… En serio, che.
Este… este… ¡Pero, che!:
Los españoles tienen su “caray”, los mexicanos, su “órale”, nosotros tenemos nuestra propia expresión de sorpresa: “¡Pero!” Nos podrán preguntar una y mil veces “¿Pero qué?” A lo que: “¡Pero mirá vos!” será* siempre nuestra respuesta. Del mismo modo Les Luthiers tuvo que cambiar su dubitación criolla, criollísima, por un frío y desnaturalizado “Emm… Emm…” Ante la insistencia del público español: Este… Este ¿Este qué? (¡Qué sabrán estos gallegos!)
Verbos en indicativo:
Futuro simple: No se usa casi nunca. Se remplaza por el presente: Ej: nunca se dice “Te veré mañana”, sino “Te veo mañana”. En otros casos, se remplaza con una frase verbal (verbo ir más el infinitivo). Ej: en vez de: “Te juro que ganaré”, se dice: “Te juro que voy a ganar” Creo que el único caso en que el futuro simple es usado es cuando se quiere acentuar que una acción será (va a ser) inevitable, resultado de una fuerza mayor: “Y bueno… Si no me alcanza la plata, devolveré lo que compré” Pero ese acento es posible, justamente, por lo extraño que resulta su uso. Solamente suena coloquial si se lo usa para modificar una frase verbal: “Tendré que devolverlo”, decimos, o cualquier cosa, antes que: "Lo devolveré", que suena a doblaje mexicano.
Futuro anterior: habré partido, habrás partido, etc. Las personas de más de treinta lo usamos mucho más de lo que creemos. “Le habré dicho mil veces y no me hizo caso nunca” Creo que los más jóvenes lo remplazan por el presente: “Le dije mil veces…”, pero no estoy muy seguro.
Pretérito anterior (¿Se llamaba así, che?): he sido, has sido. En la ciudad se usa cada vez menos y es menos frecuente entre más joven es el hablante. Es más común el uso del perfecto simple: "Fui" y sanseacabó!
Futuro: fuera o fuese, fueras o fueses. Tristemente se está perdiendo su uso. Es muy infrecuente entre los jóvenes y entre las personas de escasa formación. Suele decirse: “Si yo sería presidente haría tal cosa” y no “Si yo fuera presidente…”
Chau**